Por Nelson Rojas
En junio de 2025, la ciudad de Nueva York enfrentaba una crisis de vivienda sin precedentes, con más de 105,000 personas durmiendo en refugios, una cifra que no se había visto desde 1930. Este aumento alarmante se debe, en gran parte, a la falta de viviendas asequibles. Mientras tanto, los desarrolladores, en complicidad con las autoridades locales, continúan construyendo bajo la promesa de apartamentos asequibles, pero estas ofertas son, en muchos casos, una vil mentira. Aunque anuncian proyectos con exenciones fiscales y financiamiento atractivo, en la práctica solo ofrecen entre 10 y 15 unidades asequibles a través de loterías, dejando a la mayoría de la población sin opciones viables.
La situación es especialmente crítica para los más jóvenes. En 2024, más de 146,000 estudiantes carecían de un hogar, y el 69% de las personas en refugios eran familias, incluyendo 35,923 niños, la cifra más alta desde la Gran Depresión. Este panorama desolador revela un lado de Nueva York que muchas veces se ignora, un recordatorio de que tras la fachada de la ciudad que nunca duerme, hay una realidad cruda y urgente que requiere atención y acción.
Las causas principales de la crisis de vivienda en Nueva York en 2025 incluyen:
La escasez de opciones de vivienda asequible sigue siendo un problema crítico, exacerbado por el aumento de los precios del alquiler y la propiedad.
La inversión en propiedades por parte de desarrolladores y especuladores ha llevado a un aumento en los costos de vivienda, a menudo desplazando a residentes de bajos ingresos.
Las regulaciones de zonificación a menudo favorecen el desarrollo de propiedades de lujo en lugar de soluciones asequibles, limitando la oferta de viviendas para la población de bajos ingresos.
La creciente brecha entre los ingresos de los más ricos y los más pobres ha hecho que muchos neoyorquinos no puedan permitirse viviendas adecuadas.
La falta de inversión en servicios sociales y programas de apoyo para personas en riesgo de vivienda ha contribuido al aumento de la población en refugios.
La pandemia de COVID-19 dejó secuelas económicas que aumentaron la vulnerabilidad de muchas familias, haciendo que perdieran sus hogares.
El desempleo y la precariedad laboral han dificultado que muchas personas mantengan sus hogares, aumentando la demanda de refugios y viviendas temporales.
Estos factores, entre otros, crean un entorno complejo que perpetúa la crisis de vivienda en la ciudad.
Las políticas de zonificación juegan un papel crucial en el desarrollo de viviendas asequibles, ya que determinan cómo se pueden utilizar los terrenos dentro de una ciudad. Aquí algunos aspectos clave sobre su impacto:
Las políticas de zonificación pueden limitar el tipo de construcción permitida en ciertas áreas, favoreciendo a menudo el desarrollo de propiedades de lujo en lugar de viviendas asequibles. Esto reduce la disponibilidad de espacios destinados a este tipo de viviendas.
Las regulaciones de zonificación pueden establecer límites en la densidad de las construcciones. Las áreas con restricciones de densidad baja tienden a tener menos viviendas disponibles, lo que aumenta la competencia y los precios en el mercado.
Algunas políticas de zonificación ofrecen incentivos a los desarrolladores para construir viviendas asequibles, como exenciones fiscales o mayor densidad a cambio de incluir un porcentaje de unidades asequibles en sus proyectos. Sin embargo, la efectividad de estos incentivos varía.
Esta práctica busca asegurarse de que las viviendas asequibles se distribuyan equitativamente en diferentes vecindarios, evitando la concentración de la pobreza y fomentando comunidades diversas.
Las políticas de zonificación deben adaptarse a las necesidades cambiantes de la población. Si no se actualizan regularmente, pueden perpetuar la escasez de viviendas asequibles.
La zonificación influye en el desarrollo general de la ciudad, afectando la infraestructura, el transporte y los servicios públicos. Un mal enfoque puede llevar a una falta de acceso a servicios esenciales para quienes viven en viviendas asequibles.
Las políticas de zonificación son fundamentales para regular el desarrollo de viviendas asequibles y pueden ser una herramienta poderosa para abordar la crisis habitacional si se implementan de manera efectiva y equitativa.